miércoles, 21 de octubre de 2009

dedicado a las madres (y en especial a la mía y a cabopá)


De las nanas cantadas para dormirlo a la voz que suena por la radio se han desvanecido treinta años. Todo ese tiempo lo puede escuchar en el timbre de su voz, en las respiraciones que tejen las palabras, en el ritmo que encadenan las noticias como si de ellas se pudiera denotar la ingravidez de lo vivido. Atrás quedaron las suaves melodías pasadas, el arrullo para que el tiempo se congelara. Ahora lo escucha cada día y reconoce de cada uno de sus silencios otros momentos en los que ella asió fuerte su mano. Y ahora es su voz la que emerge para todo el mundo, desde las ondas la comunicación se transmite directamente a la piel y desde allí forma una emoción extraña por la que pasan treinta años cada día en el informativo de las dos.

5 comentarios:

Cabopá dijo...

Muchas gracias amigo
de las letras y las palabras
escritas en cuadernos de colores
a mano y con lapiz
con teclas y en pantallas
Pensadas ideas que fluyen
a traves de hilos tejidos
por mundos virtuales....
Ay, Rafa que me has emocionado....
Cómo madre algo debí transmitir, por no se que ondas llegaría, pero sí sé que chicos como tu llegan a madres como yo.......uy vaya lío estoy armando en este "repente"..
Pero ahí queda...BESICOS.

Sarashina dijo...

No lo pillo. ¿Estoy tonta esta mañana, o fascinada con esta ciudad que recupero?

Cabopá dijo...

Creo que me llevaré esta estrada para guardarla en mis cuadernos...
Cuando seas un escritor reconocido yo hablaré de tí, como un buen amigo...que tiempos ha escribía cosicas como estas..........
Ja,ja, Clares es que entre Rafa y yo hay cierta complicidad bloguera....y algunas cosicas más..dignas muy dignas de contar pero en tertulias de mesa de camilla y otras mesas con café o té y algunas pasticas y bizcocho....Besicos.

Rafa dijo...

Muchas gracias Cabopa por tus comentarios tan bonitos!!!
La verdad es que cuando me lo dijiste me quedé pensando que tiene que ser muy bonito escuchar todos los días a alguien a quien conoces tan bien
Besicos

María Albertí dijo...

Ahora soy yo la que canta nanas, la que ha tejido un ala de protección. Ya no echo de menos a nadie ni a nada por que ahora yo canto para él.
Muy bonito, gracias