jueves, 30 de julio de 2009

NEW YORK, NEW YORK


Mañana salgo para Mannahatta, como la llamaban los indios que vivían allí y que la vendieron por abalorios que constaban 24 dólares, claro que habría que ver lo que le hubieran hecho si no la hubieran vendido, dejo el poema de Federico García Lorca, que me encanta


1910
(INTERMEDIO)
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez

no vieron enterrar a los muertos,

ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,

ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.

Aquellos ojos míos de mil novecientos diez

vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,

el hocico del toro, la seta venenosa

y una luna incomprensible que iluminaba por los rinconeslos

pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.

Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,

en el seno traspasado de Santa Rosa dormida,

en los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,

en un jardín donde los gatos se comían a las ranas.


Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos,

cajas que guardan silencio de cangrejos devorados

en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.

Allí mis pequeños ojos.
No preguntarme nada. He visto que las cosas

cuando buscan su curso encuentran su vacío.

Hay un dolor de huecos por el aire sin gente

y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!

New York, agosto 1929.

martes, 28 de julio de 2009




PELÍCULAS…
Moon… y Rudo y cursi
He ido dos días a los cines Curzon a ver sendas películas. Los cines Curzon están en pleno Soho y tienen una cafetería exterior además de un bar en el entresuelo, donde la gente bebe antes y después de la película. Tiene una caja para hacer bookcrossing, yo ya he cogido varios libros el último se llama “The spaniards” y en él puedes asistir a la visión de un conquistador inglés en la selva de la sociedad española en los últimos treinta años, es muy divertido ver tanto tópico unido en un libro. El viernes en la cola me encontré a Boris Izaguirre, iba a decirle algo pero luego pensé ¿para qué? Dentro de poco se estrena en London “Broken embraces” de Almodóvar y la ponen aquí.

moon
La película Moon está dirigida por el hijo de David Bowie, Duncan Jones, fui a verla porque me encanta 2001 una odisea en el espacio, esperaba que fuese una copia. Un hombre solo en el espacio con una máquina (Gerty, con la voz de Kevin Spacey), es de suponer que como en 2001 debemos interrogarnos quién es más humano si la máquina o el protagonista, pero la película da un extraño giro. Tiene su gracia la máquina, con un emoticono que cambia según los sentimientos del protagonista, como dando a entender que por mucho que quiera no puede tampoco imitarlos. Lo que más me ha gustado de la película es como con poco presupuesto consigue el ambiente de la luna y bueno, te imaginas muy bien lo que debe ser estar allí en soledad. Lo malo que le veo a la película son los problemas de credibilidad que presenta, como por ejemplo las imágenes que ve el protagonista de la chica ¿son reales o inducidas? bueno, es de suponer que son inducidas, pero no queda muy claro. El actor Sam Rockwell lo hace genial. El final está bien, no lo desvelo.

En cuanto a Rudo y Cursi, de Carlos Cuarón, muestra la realidad de Méjico a través de dos hermanos a los que un cazatalentos descubre pensando que tienen altas dotes para el fútbol. El narrador, que es el cazatalentos, va contando la historia sacando conclusiones y haciendo metáforas futbolísticas, lo que resulta muy divertido. En algunos pasajes parece que imita “Y tu mamá también”, no sólo en los protagonistas, aunque la otra tenía más fuerza. Una película amable y divertida, ideal para un domingo por la tarde.

sábado, 25 de julio de 2009


MORRISSEY en directo
El público era heterogéneo, sobre todo en la parte de arriba, había familias enteras; era curioso ver en una misma fila a adolescentes en un concierto con sus padres como si se fueran de picnic. El público se sabía al dedillo las canciones, por eso cuando sonó this charming man de Los Smith todo el mundo empezó a cantar. El escenario de la Brixton academy le venía que ni pintado, una mansión barroca en la que Morrissey se veía con mayor grandilocuencia de la que suele tener y sus camisas de raso azules, verdes… no paraban de empaparse de sudor y él de quitársela y tirarla al público enfervecido como si tuviera veinte años. A mí me encanta Morrissey pero no sé por qué me recuerda a Raphael, salvando las enormes distancias porque Raphael no militó en un grupo como los Smith, y Morrissey es infinitamente mejor, aún así esas gesticulaciones y gorgoritos con la voz me recuerdan al español, y el hecho de que atraiga a padres y madres y que se haya instaurado en una especie de aureola en la que contenta a los indies y a los clásicos (hay que recordar que Raphael ha cantado con Fangoria y ha sacado discos de tecno). Pero salvando las analogías el exSmith cantó durante dos horas y media de forma maravillosa, con una más de los Smith (how soon is now).
Al entrar nos habíamos fijado en unas señales en las que aparecía un muñequito encima del público con una franja de prohibido, nos pareció una broma ya que no creo que prohíban al cantante que se tire de esa manera tan rudimentaria pero al tiempo nos dimos cuenta que era para el PÚBLICO!!! Resulta que la mayor diversión del público consiste en que lo suban arriba y acostados van rodando por encima de las manos hasta las vallas y así tocar un segundo al cantante para después ser expulsado automáticamente del teatro. Así hubo hasta quince o veinte personas, por eso había 10 guardias de seguridad parapetando el escenario, que en momento de clímax (al final con la maravillosa first of the gang to die) no dejaban de trabajar levantando en peso cuerpos de hombres y mujeres que se lanzaban al escenario para que un Morrissey encantado les rozara la mano. Era demencial.

jueves, 23 de julio de 2009

HATINGS

TURISMO POR HASTING... ESTO ES HASTINGS?

Y EL PREMIO QUE TE PUEDES LLEVAR ES EL DE...



EL WATER EN LE CHATEAU JAPANAIS





THE OLD TOWN DE HASTINGS







EL MAR DE HASTINGS










NOCILLA DREAM













HASTINGS
De repente la vida retrocedió treinta años. Era como si los objetos de entonces hubiesen tenido una capa de polvo. Había máquinas tragaperras en las que el premio que te podías llevar eran cromos de la Guerra de las Galaxias, ositos vestidos de cuero, orgías de luces, moquetas de rombos… todo en un escenario de película de Hitchcock. Salí al mar y lo vi tranquilo pero en su apariencia calma parecía violento. Miré varias veces a mi propio cuerpo para cerciorarme de que no tenía un año, pero en realidad lo tenía porque el viento agitaba con fuerza las señales, las piedras, los semáforos, los pensamientos. Poco a poco el viento cedió y recuperé la cordura, en los postes de la luz habían arrojado zapatos atados por las cordoneras, como en el libro de Fernández Mallo. Alguien me dijo que en Irlanda hacían eso cuando en el barrio vivía un drug dealer. En el hotel le chateau japanais tardé media hora en entender cómo funcionaba en water, parecía un escenario de película pornográfica oriental.

miércoles, 15 de julio de 2009


EL EJÉRCITO DE SALVACIÓN… ABDELLAH TAIA
Me apetecía leer algo de literatura marroquí y aprovechando que este año era el país invitado a la mar de músicas y que sucedió el problema que llevó a la dimisión de la directora del área de literatura del festival por el veto de dos autores que acabó con el rechazo de este autor, me leí esta novela que es la autobiografía ficcionada de un joven marroquí que para salir del armario tiene que emigrar de Marruecos a Europa, en este caso a Ginebra. Me gusta la manera directa que tiene de contar las relaciones, en la que se puede ver el machismo que impera en las familias marroquíes, sobre todo sobre la madre, así como el momento en el que se enamora de su hermano en un viaje por Marruecos en el que descubre el amor pero más allá de la polémica de decir que eres gay en aquel país y de el lenguaje fresco, directo, casi caníbal (en algunos pasajes me recordaba a Amelie Nothomb por la urgencia de las experiencias y las sensaciones) me ha dado la sensación de que le falta algo a la historia para que no se transforme en un mero diario agradable de leer.

lunes, 13 de julio de 2009



LONDRES SE ELEVA… sobre raíles de tren desde los que los edificios son chimeneas y rascacielos salpicados de una vegetación invasiva, como si fuera un producto mohoso que ha caducado y que va contagiando las casas. De vez en cuando arde una de ellas, un edificio con sus fantasmas y todos vemos desde lo alto los coches veloces de los bomberos demorándose por controlar las llamas, como en el incendio de 1666 al que se rinde tributo en el museo de la ciudad. Somos seres limitados en el aire, sobre las plataformas en las que se divisa más cemento y más cristal esperamos de largos paneles que cambien sus destinos y que lleguemos a un punto concreto, un ítem turístico en el que buscamos parecernos a todas esas personas sin rostro que devoran la ciudad, que erosionan los frisos del Partenón tocándolo como si estuvieran en Grecia porque saben que allí nunca podrían tocarlo, elevado en el aire de Londres en el que se desciende el aire, se elevan los trenes y es descender el aire. Tocamos vestigios que han introducido en edificios probeta para turistas probeta, todos tenemos las mismas guías desde las que leemos historias superficiales y a todos nos cuenta la audioguía que en la abadía de Wesminter para el sacro entierro de la princesa Diana se trajeron a un coro tan abundante que lo diseminaron por toda la abadía, en lo alto, como si fueran ángeles y que para poder leer las partituras tuvieron que reflejarlas en multitud de espejos, no entiendo por qué aún no pasa la southern line por allí encima de la abadía y por qué no es la sinfonía de los raíles la que emite cantos en escalas monocordes (en la Guerra de las Galaxias la música era así) para los muertos ilustres que entierran en las audioguías.

lunes, 6 de julio de 2009




CUADERNO DE LONDRES

-Sorry but your wallet is too heavy… you have to pay for overload.
Nada más decirlo se había dado cuenta por mi cara que yo no deseaba pagar ni un céntimo más por el equipaje, que bastante había pagado ya por el vuelo porque ahora si no te sale muy barato parece que estás haciendo el primo. La cola se extendía por el aeropuerto de Alicante pero yo, ni corto ni perezoso, abrí mi maleta y saqué los ocho libros que me llevaba a Londres. Deseaba saber cuál podía ser prescindible, es más, deseaba experimentar en mi piel si me podía doler menos tirar a la basura algunos de aquellos libros que acababa de comprar para alimentarme en Londres que pagar una absurda sanción por los tres kilos de más con los que había forzado la maleta. Ella me miró extrañada colocar los ocho libros encima de la maleta, cada uno seguido del otro en una suerte de serpiente multicolor.
Antología de la poesía Canadiense-Nocilla experience-Paradiso-Bartleby el escribiente-Tengo una pistola-El Jarama-Pasadizo-Delirio de Nueva York.
-Sorry we want to check in… -me dijo la anciana de detrás, con los labios más abultados que había visto en mi vida, su piel parecía la de un saco arrugado en el suelo y absurdamente tenía el color mismo de un saco; marrón sucio de piel requemada.
Intenté explicarle que acometía un trabajo importante pero no supe encontrar palabras en inglés, así que dije impertinente: Just a moment.
Los libros encima de mi negra maleta le habían dado un color muy sugerente al aeropuerto, era como si fuese una combinación perfecta dentro de aquella monotonía de ingleses-saco, de facturaciones no queridas, de naves industriales de las que despegan los aviones, de aquellas azafatas de mostrador con palabras estiradas, de mi imposibilidad de explicarme con conveniencia, de los dos meses que comenzaba en Londres y a los que no podía irme en paños menores sin alguno de aquellos libros con los que tanto me había soñado ya en el Thamesis, en Green Park, caminando triste por Regent street (aquella calle circular).
-Sorry, but you have to choose… -me dijo la mujer saco con ojos de oráculo de Delfos. Bueno no me dijo eso pero llegados a esta parte cualquier palabra en inglés me sonaba a you choose. Entonces hice algo extraño, amoldé los libros a mi piel, como si nunca debieran haber salido de allí. Coloqué dos de ellos en sendos bolsillos del pantalón que le provocaron un ruido de ruptura, otros dos debajo de mi brazo, dos de ellos en cada manga y uno, paradiso, que supuse que iba a ser una losa en Londres porque es la novela que siempre he querido leer pero más veces he dejado (empiezo acojonado por lo buena que es pero la dejo a la tercera página porque es muy difícil de leer) la apostillé entre mi estómago y el pantalón aunque me impidiese respirar correctamente. El último de los libros lo devolví a la maleta que pesó ya sólo 14,500 gramos. La azafata cambió su serio semblante y dijo:
-Thank you. –como si su sonrisa no se hubiese ido unos minutos antes.
Entré en el avión parapetado de libros, no me servían de nada las instrucciones de la azafata de en caso de accidente porque seguro que yo flotaría con tantas hojas. Lo último que vi antes de empezar a deslizarme por el aire fue una de aquellas nubes tan extrañas que se ve desde los aviones antes de sumergirme en uno de los libros y pensar lo cómodo que es que tu mente y tu cuerpo vayan por el espacio.

viernes, 3 de julio de 2009


LONDON CALLING
…supongo que sucede cuando uno está sobresaturado de estímulos, la publicidad por todos lados, la calle llena de librerías, todas esas revistas especializadas con una estantería exclusiva para las de poemas, las obras de teatro en cada esquina, los edificios victorianos, los miles de restaurantes thai o hindúes… al final todos los cuadros de la national portrait gallery son el mismo Enrique VIII y una señora que descansa de tanto cuadro en un banco con su tupido bigote podría ser una reencarnación del monarca. Entonces sientes que Londres son todo llamadas, que los trenes van hacia todos lados en el mayor tiempo posible, y que tienes que esperar a que salga en una de las diez pantallas tu destino para correr a comprar el billete y dejarte las 4 libras que cuesta. Mejor no coger el metro, te dicen, porque hace mucho calor y no tiene sistema de aireación, mejor no coger el autobús por idénticas razones… no obstante existen esas habitaciones del pánico, los grandes parques, en las que el cielo y la tranquilidad sólo es interrumpida por cada uno de los constantes aviones que sobrevuelan la city y que acostado en el suelo, te dan la sensación de que tanto el aire como la tierra son meros espacios de tránsito para llegar a una frontera interior.