domingo, 5 de abril de 2009


CARNE DE PÍXEL… Agustín Fernández Mallo.

Con la poesía me pasa que soy más anárquico para leerla que con las novelas, lo que ya es decir. Últimamente me he leído Clamor de Jorge Guillén (me sorprendió la calidad técnica, los silencios, las yuxtaposiciones…). Nada Grave de Ángel González del cual sólo me gustaron dos o tres poemas, porque parece más un intento de aunar esbozos de últimos poemas (he de decir que me gusta mucho Ángel González, de hecho he puesto muchas citas suyas), La tierra transparente de Blanca Andreu (me encanta su surrealismo, es tan interesante, aunque este poemario lo vi flojo).

El caso es que me leí Carne de Píxel, la llamada postpoesía, y no me entusiasmó. Sus prosa poética me pareció más de lo mismo (tipo sus novelas, Nocilla experience y tal). Pero el otro día volví a cogerlo para releerlo, porque necesitaba cosas no muy profundas y el caso es que, esta vez, sí que me llegó.
Para empezar algunas metáforas, en su contexto. En un poema sobre una fotografía de cuando tenía ocho años soplando unas velas dice que fue un: esguince de luz. Me encanta esa metáfora, torcedura de luz, como si fuera algo que está en desequilibrio, que comienza como un dolor (el tiempo pasa) y conlleva una recuperación, pero la luz ya no es la misma, se encuentra estirada, hay más posibilidad de caer.
El tema recurrente es la separación con su pareja, todo ello visto a través del píxel, que es lo que gobierna ahora nuestras fotografías (como antes era el negativo), dice que hay algo en el píxel “de carnal y abstracto… y sin embargo es una cifra, está vacío” o que el beso “es una célula elaborada necesariamente en silencio”, hace que todo sea corrosivo, que lo supuestamente vivo se transforma en algo mecánico, virtual, como las fotos que guardamos formadas por píxeles pero en el recuerdo. Y cada cierto tiempo, como si fuera un espejo, nos ofrece un pequeño poema extractado de un artículo de El País en el que se habla de los agujeros negros. Da vértigo la oposición.

2 comentarios:

Cabopá dijo...

Qué bien analizas,Rafica.Acabo de colgar una postal de la excursión.Tal como la escribí cuando por la noche me senté en mi sillón de orjas y como dice Rosa Cáceres en un "repente".Si la lees se benévolo conmigo.Besicos.

Cabopá dijo...

A veces me doy miedo con el teclado y mi desmemoria: me como las letras y pongo los acentos donde no debo ja,ja, ja,