jueves, 29 de septiembre de 2011


LOS MATERIALES
Ayer fui a la filmoteca, la primera vez que la pisaba tras la rehabilitación en la que han pintado muy bien las paredes de blanco durante dos años y medio, a ver Los materiales, un documental.
Los materiales es una película de setenta y pico minutos hecha sobre 700 horas grabadas. La tarea del trío de directores ha sido hercúlea, no lo dudo, amén cuando han tenido que visionar muchas horas estáticas sobre un pantano, sobre la vegetación, sobre un incendio, sobre la búsqueda infructuosa de una fosa de la guerra civil.
Me parece muy interesante la idea de basura. Hace poco me leí un libro llamado BASURA, de Héctor Abad Faciolince, en el que un aspirante a escritor se da cuenta de que vive en el mismo edificio que un escritor fracasado que tuvo un momento de gloria y que este escritor fracasado tira a la basura todo lo que escribe, y él lo puede rescatar sin que nadie lo se dé cuenta. Es sólo basura, material desechado, pero en el bruto hay una belleza inclasificable, un horror necesario que nos permite ir deduciendo muchas ideas sobre el proceso creativo. Vengo a decir esto porque el documental me parece que está elaborado con todo lo que sobra, con ruidos, imágenes estáticas, silencios… etc. Y la basura es grande, a veces más que el producto formal y listo para consumir. La idea resulta buena, el acabado no tanto porque hay bastantes momentos en los que aburre mucho.
Lo más original de la película es que hayan puesto los subtítulos de lo que es probable que se dirían los tres directores mientras grababan horas y horas el mismo plano, para darle un punto irónico. Es interesante porque le da una narratividad a la película que si no difícilmente tendría. Y aunque al principio es muy adolescente todo, muy superguay, muy qué rollo daría que uno de esos pescadores lejanos matase a su pareja y la metiese en el maletero u odio la ventana indiscreta porque no me cae bien James Stewart, al final las voces escritas se hacen inquietantes, cuando persiguen a alguien que se ha ido o cuando hablan de que uno de los protagonistas piensa que no se están tomando en serio la vida del nuevo pueblo creado debido a la anegación institucional del antiguo en el pantano. Y el final, con una rama pájaro y los cánticos de la gente del pueblo también me parece genial. Quizás, y sólo quizás, si hubiese existido un guión de rodaje o una planificación, aunque hubiese surgido mientras lo rodaban, me hubiera gustado más. Porque no se habría pensado, por ejemplo, en grabar lo del incendio que es absurdo y no tiene nada que ver con la magia de los pueblos que desaparecen, con la magia de lo que queda en el imaginario colectivo de tradiciones, ya que cuando el documental da pinceladas sobre eso me parece interesante.

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