miércoles, 4 de agosto de 2010
LA PIANISTA
En la pianista asistimos al complejo mundo del arte, en el que se entrelazan deseo y la gran dedicación necesaria para el triunfo que puede que no llegue. En ese escenario de gran tensión a Erika Kohut, la pianista, la han educado para que llegue a triunfar pero se siente frustrada porque ha acabado en un conservatorio de Viena y el triunfo pronosticado se ha vuelto imposible.
Los personajes del libro son tres y toman la voz en el relato sin solución de continuidad. Son seres torturados y que torturan. A veces aparecen desde detrás, como si fuesen una mano helada en la oscuridad. La madre de Erika es la que lleva la voz cantante al principio infantilizando a la hija de 35 años, sometiéndola a sus crueles reglas, acostándose en la misma cama que ella, impidiendo que vea a ningún hombre. En la madre impera el sentimiento egoísta a quedarse sola.
Erika Kohut es sádica y masoquista. Ha aprendido desde pequeña que la recompensa sólo viene con el esfuerzo, y que todo está al servicio de la música, a la que debe someterse. Se mutila física y psicológicamente. Engaña a su madre para ir a espiar a los amantes del Prater de Viena.
Klemmer es el alumno con el que la señorita Kohut quiere poner en práctica sus rituales sádicos y masoquistas. Hay momentos del libro que destacan por su pornografía y su violencia. Todos están narrados con intensidad, vamos danzando de los pensamientos de uno a otro.
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1 comentario:
No he leido el libro, aunque sí he visto la película. Siempre ocurre que el libro supera en profundidad a su versión cinematográfica, es natural, tiene más extensión y más recursos para analizar la psicología de los personajes.
La figura de la madre castradora es un tópico freudiano, siempre efectivo.
Un saludo.
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