jueves, 24 de junio de 2010

cine: yo soy el amor


Esta película se adentra como un aguijón. Al principio todo parece muy estereotipado, las conversaciones un tanto desdibujadas pero hay algo en los planos, en los movimientos de la cámara, que te entusiasma y poco a poco el veneno te entra hasta que te va contagiando. Hasta tal punto es un aterrizaje cada vez más complicado que al principio no se ve quién es la protagonista hasta lo sabes sin ser muy consciente. Y es que es así, para conocer a esta familia la tienes que ir descubriendo lentamente, la forma de relacionarse unos con otros y el silencio, que impera durante la película y que dice mucho más que lo que se habla. Me gustaría resaltar el uso del lenguaje cinematográfico en la cámara, porque muchas veces es increíble. Sucede así en un momento en el que hacen el amor y se observan planos de flores y de bichos y todo tiene una rara belleza, en la que las abejas liban las flores, o los insectos copulan desnudando la belleza y la repulsión que puede tener también el sexo, si no lo deseas. O el plano en el que la protagonista va hacia su submundo, en la cocina, como la cámara desciende como si estuviese descendiendo a su secreto. Y el final, como sin estridencias, sin decir ni una palabra explica tantas cosas. Recomendable.

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