Mañana salgo para Mannahatta, como la llamaban los indios que vivían allí y que la vendieron por abalorios que constaban 24 dólares, claro que habría que ver lo que le hubieran hecho si no la hubieran vendido, dejo el poema de Federico García Lorca, que me encanta
1910
(INTERMEDIO)
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
(INTERMEDIO)
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
no vieron enterrar a los muertos,
ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,
ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,
el hocico del toro, la seta venenosa
y una luna incomprensible que iluminaba por los rinconeslos
pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.
Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,
en el seno traspasado de Santa Rosa dormida,
en los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,
en un jardín donde los gatos se comían a las ranas.
Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos,
cajas que guardan silencio de cangrejos devorados
en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.
Allí mis pequeños ojos.
No preguntarme nada. He visto que las cosas
No preguntarme nada. He visto que las cosas
cuando buscan su curso encuentran su vacío.
Hay un dolor de huecos por el aire sin gente
y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!
New York, agosto 1929.
2 comentarios:
Buen viaje!!!
¡¡¡¡BUEN VIAJE Y BUENA ESTANCIA !!!
Yo me conformaré con los rascacielos de La Manga y mi estatua de la libertad será el farico de Cabo Palos...BESICOS.
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