jueves, 30 de septiembre de 2010

PASEOS








LOS ÚLTIMOS DÍAS hemos paseado. Como una vieja costumbre que se pierde. No hacía falta ir muy lejos para encontrar un pequeño bosque nuevo, como uno que hay caminando por las colinas que se pierden entre la universidad y Javalí Nuevo, una pequeña pedanía de Murcia. A veces hemos ido a lugares que ya he visitado antes como Torre Guil y Carrascoy.
Siempre hemos salido temprano pero la luz de la luna ha terminado por encontrarnos. Hay una belleza extraña en esos lugares, en el viento que había en el pico del Águila, que intentaba derribarnos y desde donde se oteaba el mar menor en la profundidad. Un águila real merodeaba por los penachos de roca, que se abrían en longitudinal como los huesos de un dinosaurio. En la superficie de las rocas hemos visto restos de huevos de las aves. Como una red reticular que comparte sus propias raíces las encinas, esos arbustos que luchan por llegar a ser árboles, contagiaban el paisaje de los pinos. También vimos alcornoques en unas umbrías. Y huellas de animales. Pero lo más espectacular fue cuando, alejados de toda aquella naturaleza, nos sorprendió una lechuza resplandeciente que parecía un pájaro al que arrastraba la sábana blanca de sus propias plumas.

domingo, 26 de septiembre de 2010

EL DESENCANTO... Jaime Chávarri



EL DESENCANTO… Jaime Chávarri
“Mi padre lo dijo: la palabra es la penumbra
Una sombra que aletea en la sombra
Una desnudez sin mí, una flor sobre el vacío
Una oración de la rosa
Un cadáver llorando en el balcón”. Leopoldo Panero. De Esquizofrénicas.

Escuchar: http://www.youtube.com/watch?v=efbpscMJDPM



La sombra del Conejo blanco, como sus hijos llaman al difunto Leopoldo Panero, circula por cada una de los testimonios de este documental sobre la familia Panero como si fuese una más de las imágenes en blanco y negro. Como planea la sombra del franquismo, la de la poesía, la del destino trágico del español, la de la enfermedad mental, la de las drogas.

Jaime Chávarri mezcla hábilmente la decadencia de una familia de intelectuales con el halo poético y ayuda a desvelar un poco de sus vidas. Desde la primera escena en la que la estatua de conmemorativa de Leopoldo Panero está tapada con un plástico hasta el final, en el que aunque esté destapada sólo vemos un lateral, nos damos cuenta de que no hemos conocido totalmente al personaje ni a ninguno de los que hablan, porque así es la realidad: inasible.

Pero podemos observar a una madre casada con un hombre al que admira, que parece haberse aprendido un guión para la película pero a la que se le escapan frases que no están en su autoguión como “Luis Rosales era muy amigo, cuando paseaba con él me decía que ni lo saludara. Yo no entendía cómo pasaban tanto tiempo. A Rosales yo le caía muy bien, él a mí menos”, “Cogí su mano recién muerta, una mano gruesa y su cabeza explotó. Yo bajé las escaleras con un vestido que había estrenado ese día”. “Mi hijo Juan Luis se convirtió en mi marido, me acompañaba los seis primeros meses después de la muerte a todos los actos. Yo tenía que hacer el papel de viuda: ese era mi papel”. “Mi gran arrepentimiento en esta vida es no haberme casado con un médico”.
La visión de su vida contrasta con la de sus hijos. Con la del poeta Leopoldo María Panero, aquejado de una enfermedad mental, que va trenzando en el hilo más o menos orquestado de su madre lo que él piensa verdaderamente, sus ideales, su falta de creencia en el ser, los problemas de la infancia, de su juventud, las drogas, la cárcel, los sanatorios mentales, las relaciones con su hermano... todo con un contenido verbal a la vez mental y patológico, en el que abundan los reproches y las descalificaciones. Michi Panero se debate entre el amor-odio a su madre y la admiración al hermano Leopoldo María. En muchas de las escenas la botella de alcohol es la verdadera protagonista. Michi, diletante, fue uno de los protagonistas de la movida madrileña. Y Juan Luis, que es como el que se quiere alejar de la familia, intentando ser más o menos la sombra de su padre con una relación paradójica con su madre.
Un documental maravilloso.

lunes, 20 de septiembre de 2010


LOS DETECTIVES SALVAJES
Bolaño

La historia de los poetas real visceralistas es complicada de resumir. Esta novela durante todo su trayecto te deja con la sensación de las cenizas. Quiero decir, que durante todo el libro (600 páginas) asistimos a la búsqueda de alguien que no sabemos si existe: Cesárea Tinajero, la poeta que muchos años antes fundó el movimiento real visceralista sin saberlo o sin quererlo. Pero la poesía es una entelequia, un sujeto perdido, un ser en femenino (la poesía) que no sabemos si existe, una cosa que parece que no sirve para nadie ni para nada. ¿Y si en lugar de la poesía pusiésemos la vida? La vida es como Cesárea Tinajero, algo en femenino de la que no sabemos nada, sólo que hay dos personas que se dedican a investigar. ¿Y cuál es el mejor método de investigar sobre ella? Preguntarle a todo el mundo. Y cada persona te va dando su visión de lo que piensan que es la poesía, a dónde fueron a parar todos los poetas del movimiento, qué pasó con sus vidas, qué pasó con la vida de la gente que vive muy deprisa, que se afana por vivir, que siente tan fuerte la fugacidad de la vida que se dedica a poner sus palabras y su tiempo en poemas como si lo quisieran todo de golpe ¿y eso no es vano como Cesárea Tinajero?
¿Nos encontraremos con Cesárea al final del libro? Esa pregunta ronda durante todo el libro. ¿Y si la encontramos, será lo que habíamos pensado? Por eso asistimos al relato fragmentario durante todo el libro de personas que nos van contando un poquito de sus vidas y de su relación con los real visceralistas.
La estructura del libro me parece increíble. Consta de tres partes. La primera y la tercera es un diario que escribe un adolescente, García Madero, que es devorado por el movimiento real visceralista. Como todo diario es íntimo y candoroso y como la vida al inicio o al final, todo es personal una manera de ver. En el medio todo se enreda, ofrece múltiple miradas, como cuando miras un calidoscopio: lo individual se vuelve fragmentario y multidimensional. La parte del medio son las entrevistas que a lo largo de veinte años van haciendo los protagonistas. Arturo Belano, el chileno, y Ulises Lima de México DF. No diré nada de la elección de Ulises, sólo que como la vida es un caleidoscópico, cada persona pone su modo de ver fragmentario. Alucinante: algunos lo ven como un gurú, otros como la bondad máxima, otros como un superviviente, hay quien dice que es venenoso…
Como resumen: la primera parte y la última es muy simple, apenas el diario de un chico que quiere ser poeta, que se siente poeta. Pero que se ve mezclado en el mundillo del DF con prostitutas, violentos padrazos (proxenetas)… hasta que por motivos relacionados de ese mundillo huye al desierto de Sonora con Ulises, Belano y la prostituta para buscar también a Cesárea (no dice ya el nombre todo, cesárea, la que parió el movimiento pero no dejó nada escrito). Después nos dedicamos todo el libro a tratar de recomponer y contrastar la visión que ese chiquillo ha tenido de todo lo que ha sucedido a su alrededor. Queremos saber qué ha pasado con Ulises, con Arturo, con García Madero y la prostituta. Pero sólo podemos saber lo que otros nos cuentan, que muchas veces está demasiado influido por su visión.
Pero al final, magistralmente unido, sabemos qué pasó en el desierto de Sonora con los detectives salvajes, con los aventureros. Y no esperemos soluciones concretas, sólo lo que sea para cada uno ¿y quién dijo que esta novela no se parecía a la vida?

MOMENTOS
“como si el tiempo se fracturara y corriera en varias direcciones a la vez, un tiempo puro, ni verbal ni compuesto de gestos o acciones, y entonces me vi a mí misma y vi al soldado que me miraba.
“Norman parecía estar en el cielo de México (había muerto). ¿Pero cuál era el pinche cielo de México? La alegría asumida o lo que está detrás de la alegría, los gestos vacíos o lo que se esconde (para sobrevivir) detrás de los gestos vacíos.”
“Todas las lenguas, entonces, me parecieron aborrecibles. Decirlo ahora, lo sé, es un despropósito. Todas las lenguas, todos los murmullos, son sólo una forma vicaria de preservar durante un tiempo azaroso nuestra identidad”.

…tercera parte… continuación del diario:
“hoy me di cuenta de que todo lo que escribí ayer en realidad lo escribí hoy: todo lo del treintaiuno de diciembre lo escribí el uno de enero, es decir hoy, y lo que escribí el treinta de diciembre lo escribí el treintaiuno, es decir ayer. Lo que escribo hoy en realidad lo escribo mañana, que para mí será hoy y ayer, y también de alguna manera mañana: un día invisible. Pero sin exagerar.”

martes, 14 de septiembre de 2010

PANORAMA ARTÍSTICO











El sábado salí por Murcia a ver exposiciones, como si esto fuese Madrid o Barcelona. Lo hago a veces, es una actividad que me encanta. Suelo escribir cosas y hacer fotos.
Esto es
Esto es más o menos lo que más me ha gustado o no.
Primero decir que muchas veces he encontrado cuadros o experiencias artísticas muy interesantes y lo bueno de Murcia es que, aunque las salas son pequeñas y están alejadas, todo se puede recorrer a pie. Lo malo ya todos sabemos:
-que las salas están vacías.
-que no siempre la exposición es lo que esperas.
-que no siempre hay exposición.
-que algunas veces los guardias te miran como el que viene a incordiar en una tarde tranquila de lectura.

Y lo bueno:
-que puede que te encuentres al autor, como yo una vez a Antonio Campillo que estaba explicando su obra y como yo no sabía quién era estuve a punto de decirle que me parecía que interpretaba demasiado.
En la sala de Verónicas vi la exposición dominó caníbal, me parece una chorrada, sobre todo con las posibilidades expositivas que ofrece una iglesia. Pero el arte se va por unos derroteros ajenos algunas veces.
Cuando cierto tipo de arte me parece insustancial juego a hacer composiciones de varias obras, a pensar por qué la han puesto al lado de tal cuadro o no. En este caso, las sillas formando una escalera por la columna, a modo de decoración barroca, de que las sillas son un sostén del cuerpo como la columna un sostén del edificio, que las sillas coloridas dan color a la piedra de las columnas, o que el arte puede ser un ready made se une a las pinceladas de detrás de un cuadro de Tápies, que a mí no me dicen nada, no provocan mis sentimientos. Pero si los contemplo en disposición lateralizada me parece que se complementa la austeridad del cuadro de Tápies es como una columna pero desesperanzada como si ya no sostuviera edificios.

Como no me gusta el toreo, y no me gusta la exposición sobre el toreo (las dos cosas son distintas) también he jugado a hacer una perspectiva con los cuadros, como si de cada uno saliese el otro. Como si existiese una genética ajena al autor, pero al final hay un cuadro inquietante que no concuerda con la serie.

Y qué decir de esas huellas de escalera. No está en ningún museo sino en las casas que tanto le gusta derribar a los constructores para llenar de más ladrillo el aire. Cuántas veces alguien habrá recorrido esas escaleras, qué habrá sentido, cuántos niños habrán jugado allí incordiando a adultos con prisa, cuántos besos se habrán dado en ellas, ¿se habrá sentado alguien allí a componer un poema? ¿y a pintar un cuadro?

La luz, sobre el palacio de San Esteban ofrece un aire de eternidad humilde. Como si un pintor de sombras estuviese pintando acuarelas en serie sobre el palacio mientras la tarde va pasando.

sábado, 11 de septiembre de 2010

EN EL TECHO DE MURCIA








EL JUEVES vino un amigo de mi padre y subimos a la torre de la catedral.
Siempre me he preguntado por qué no existen más atalayas para mirar la ciudad, ya que hay tantos edificios altos se podía hacer alguna cafetería en lo alto, que hay en casi todas las ciudades.
La vista era muy bonita pero tienes que ir con al menos cuatro personas y en el horario que te ponen, o sea, que no es tan fácil subir.
Desde allí se contempla una ciudad de tejados no muy bonitos, pero la huerta que se infiltra entre los edificios hace que el paisaje se transforme en hermoso. Hay excepciones como el edificio de la plaza de Santo Domingo o alguna iglesia.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

ALTA EXPRESIÓN



En los sueños eléctricos de tardes
un desnudo río de aves, desde el sofá
extraen la ansiedad de nubes difuminadas.

Desde la delgada línea que aprieta
la exuberante melodía que no suena
sino en un pequeño átomo del atardecer
de mis órganos.
En su magnitud
de tráfico artificial de olores
en su impunidad de llanto metálico
desde el ritmo con el que tañen salvajes
los angostos paralajes que trae el dormir
y su río de personas pasadas
, y nadie da cuenta de esta alta expresión
que libera mis hormonas con guillotina
suave, con fragor de la mudez,
se esconde ignorada bajo las iniciales
de todos los nombres
y juega a derretir el espacio latiente,
y vuelve a hacerme más extenso
que lo externo, desbordando mis pliegues;
exultante carne lotófaga.

Alta expresión en todo lo sincero;
lo que no se percibe,
el esplendor de una palabra vivida
que en duermevela me propaga.

lunes, 6 de septiembre de 2010


CINEMATOGRAFÍAS

Este verano que ha acabado con la vuelta al rugiente mundo laboral he visto una gran cantidad de películas. Con la que más he disfrutado es con “El cuarto mandamiento” de Orson Welles que en realidad se titula “The Ambers family” título que resulta mejor porque la película narra la decadencia de una familia mientras, en clave, se puede ver que está narrando el final de una era en la que todo cambiará vertiginosamente con el inicio del automóvil y la aceleración de los procesos productivos. Con una teatralidad maravillosa Welles pasa de las imágenes luminosas a oscuras o de la soberbia del protagonista, que se resiste a que todo cambie al igual que se resiste a que su madre termine sus días con el amor de su vida (que no es su padre) a su necesaria adaptación.
También me encantó Rashomon de Kurosawa en la que aparecen las visiones de tres personas que relatan un crimen y el juicio en el que testifican los testigos, la mujer del asesinado y el presunto asesino mediante una pitonisa. La película se encarga de desmontar la frontera muchas veces artificial que existe entre la realidad y la verdad,o entre la mentira y lo fantasía, o entre la realidad y la mentira… ya que en cierto sentido todos dicen la verdad y la mentira, y todos cuentan la realidad a su manera.
En cuanto a Dies Irae de Dreyer, era una película a la que le tenía ganas y no me ha defraudado, con unas imágenes exquisitas, habla sobre la religión y la muerte, nos enfrenta a dilemas morales en los que nos sentimos totalmente involucrados. La película trata sobre la inquisición y la muerte de una anciana que destapará un caos de uno de los miembros del tribunal y la factura que acarrea la falsa moral. Te deja totalmente sin aliento.
En cuanto a Ser o no ser la he visto varias veces y todas me ha divertido mucho. Me encanta la visión del mundo del actor, la soberbia que tienen algunos, lo difícil que es ser actor y someterse al peso siempre del aplauso del público y como pueden seguir con su profesión actuando para evitar la muerte y que en un mundo que ha perdido la razón (en la segunda guerra mundial) ver que el mundo es el verdadero escenario.
La película Banda Aparte es la última que comento, una película de Goddard que pasa del humor al film noir, y que me encanta por su desenfado, por su surrealismo.