viernes, 25 de diciembre de 2009

no es la fortaleza Bastiani, sino el castillo-santuario de Caravaca, pero tiene mucho de fortaleza


CRÍTICA LITERARIA
EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS… Dino Buzzati

Esta novela es una reflexión acerca del tiempo y del espacio, aunque en un principio parece que estamos ante una novela de caballerías, poco a poco vamos viendo que no, que se trata de una especie de disertación acerca del tiempo. La novela narra la historia de Giovanni Drogo, que lleva toda la vida estudiando para ser militar en la fortaleza Bastiani, y de cómo debe abandonar toda su vida anterior. El autor narra muy bien ese sentimiento de nostalgia que siente todo el mundo al abandonar la casa de sus padres, cuando sabe que ya es irremediable. Pronto se ve envuelto en la vorágine de la fortaleza, en la que los militares esperan un peligro que no se sabe muy bien de dónde va a venir y que en realidad no viene. Al observar aquellos militares, Drogo desea irse, allí le aseguran que se puede ir cuando quiera. El caso es que refleja muy bien el estado de ánimo de todos aquellos que viven sin pensar y sin reflexionar, amoldándose tanto al día a día que al final forman parte de aquello que detestaban y ven a los jóvenes, que en otro tiempo fueron como ellos, como tristes jóvenes pedantes que creen en un futuro mejor.
Lo que no me ha gustado mucho de la novela son los momentos en los que el narrador se hace presente, destacando cosas del personaje como si fuera una cámara que le sigue desde lo alto, porque hace que se pierda el ritmo de la lectura. Y el episodio de Agustina, aunque es muy bueno, hace que de repente se pierda el punto de vista.
Me gustaría resaltar las descripciones de los paisajes, que parece despertar con los personajes y los acuestan, hacen que se cree un clima que tiene muchos paralelismos con los sentimientos de los personajes, a la manera de Chéjov.
“El río del tiempo pasaba sobre la fortaleza, agrietaba las murallas, arrastraba hacia abajo el polvo y fragmentos de piedra, limaba los peldaños y las cadenas, pero sobre Drogo pasaba en vano; aún no había conseguido engancharlo en su huida”.
Me gusta este párrafo porque existe una paradoja, de que el tiempo haya conquistado a la fortaleza que es resistente y duradera, y sin embargo a un ser humano no había podido alcanzarlo, y en el “aún” comprendemos que lo alcanzará.

3 comentarios:

Cabopá dijo...

Preciosa foto amigo, y buen comentario..........Besicos

Gonzalo Gómez Montoro dijo...

Fíjate que me regalaron esa novela, en una edición chulísima, y todavía no he tenido tiempo para hincarle el diente. Además, era una de las novelas favoritas de Borges. Nada, a ver si le hago un huequecito y la leo.
Un saludo Rafa,
Gonzalo

Rafa dijo...

Gracias cabopá y Gonzalo por vuestros comentarios y FELICES LECTURAS!!!