lunes, 29 de diciembre de 2008

REMEMBERING

REMEBERING JOY DIVISION

El unknown pleassures se abre con DISORDER, y propiedades metálicas de la música descienden con su capa pesada y fría, sobre una ciudad desierta en la que no eres sino el único que divaga por sus calles. Podrías bajar al Carmen, mp3 en mano, que posee trazos de la primera juventud. Cuando el 33 llegaba hasta el parque de Floridablanca, y el mundo inabarcable de las ciudades abría la mano. Ciudad como que todo es posibilidad en ella, con el bajo de los division que deja entrever bajas pasiones, porque la ciudad es un entramado de ruidos y polución, y sus atmósferas poseen rígidos sistemas que son complicados de asumir, con una violencia que arrastra. Siempre que bajo al Carmen me acuerdo del principio de novela que me martilleaba, por excelente, en aquellos días:
¿Encontraría a la Maga?
de Cortázar y súbitamente viene un dulce rencor a la ciudad. El disco se cierra con I remember nothing. Es cierto, no recordamos nada, sólo una milésima parte y a veces, aunque el recuerdo sea doloroso, le colocamos un vestido renovado. Ahora que es navidad y te pierdes en las luces peligrosas de los centros comerciales, en su luna extinguida, en el falso reflejo del dinero… ahora, ¿sería posible encontrar a la Maga? Bajar a Floridablanca y encontrarte, con un rostro adolescente, como siempre y hablar largo y tendido en la soledad del café Roses, del tiempo como laguna que se ha abierto entre nosotros dos, dulce niño adolescente que leías a Sartre y a Cortázar y no imaginabas que ibas a acabar en lo que soy yo ahora. ¿Podemos hablar con nosotros mismos en la divergencia del tiempo, en ese lugar exacto en el que nos escindimos en dos, en el momento justo en el que se separa la línea de la realidad y la de los sueños?

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