miércoles, 20 de abril de 2011


EL HOMBRE QUE SE ENAMORÓ DE LA LUNA… 1991 Tom Spanbauer.

A veces te acabas un libro y desearías volverlo a empezar. Entonces vuelves a al principio y lees “Si tú eres el diablo, no soy yo quien cuenta esta historia.”
Es la historia de Afuera-en-el-Cobertizo, que vive en un prostíbulo regentado por Ida Richilieu y es huérfano de padre, sin origen, no sabe si es indio (bannock o shoshone) o no (tybo), no sabe nada acerca de su vida sólo lo que le cuentan y lo que él logra investigar.
Lo que más me gusta de la novela es el pensamiento indio, que es muy filosófico y natural, por el que llegamos a apresar de una manera muy intensa la realidad. Por ejemplo, cuando su madre dice: “lo que ves cuando miras a Billy Blizzard y lo que sientes cuando lo miras son dos cosas diferentes. No es lo que te parece que es. Tus ojos ven una cosa y tu corazón ve otra”.
Aunque el mundo que nos cuenta es duro, todo se asume con naturalidad. Una de las cosas más interesantes del libro es que dice que todos llevamos una historia, y que al final le contamos esa historia a la muerte.
El sexo se asume también con naturalidad, están en un prostíbulo, y Afuera-en-el-cobertizo tiene también clientes, que muchas veces son los propios mormones, que luego atacan el prostíbulo un lugar que por sus especiales características, se sitúa fuera de los límites de la moral, es un lugar donde se acepta a las personas por como son. Todo eso no sería posible si no tuviera por madame a Ida, una mujer de carácter fuerte, terrenal, que es capaz de enfrentarse a todo un pueblo por la libertad y que lleva su vida hasta el extremo
Muchas frases del libro se repiten, para darle una especie de rango de salmodia, dejando un carácter hondo. He subrayado muchas páginas.
Hay gente que sé que no le ha gustado, muchos se escandalizan de lo que pasa. A mí sí que me ha gustado, por eso la recomiendo.

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