EL CARMÍN
la arena con sus pisadas sueña
una música descompuesta, sin ritmo
plegada a una ausencia desconocida.
El mar la vierte sin consciencia
voltea con ella, la somete
a juegos peligrosos, le da una melodía
dolorosa de espuma y sables
con racimos de noches pasadas
y entre ellas, con suavidad de pergamino
un salobre profundo las ata a palabras
viejas y blandas, como aquel carmín tuyo
de los domingos, del AVON,
ese que pintaba las líneas de tu cara
y te ofrecía a los dioses, como una esbelta
dama masai, vinculándote a las cavernas
y a los yuppies
demostrando que vivir es una paradoja
bella, en este mar y el espacio sólido
este cristal que parece líquido
y esta tierra batida como huevos podridos
y las palabras que están ahí
asfixiadas en sus huecos de arena:
intocables.
la arena con sus pisadas sueña
una música descompuesta, sin ritmo
plegada a una ausencia desconocida.
El mar la vierte sin consciencia
voltea con ella, la somete
a juegos peligrosos, le da una melodía
dolorosa de espuma y sables
con racimos de noches pasadas
y entre ellas, con suavidad de pergamino
un salobre profundo las ata a palabras
viejas y blandas, como aquel carmín tuyo
de los domingos, del AVON,
ese que pintaba las líneas de tu cara
y te ofrecía a los dioses, como una esbelta
dama masai, vinculándote a las cavernas
y a los yuppies
demostrando que vivir es una paradoja
bella, en este mar y el espacio sólido
este cristal que parece líquido
y esta tierra batida como huevos podridos
y las palabras que están ahí
asfixiadas en sus huecos de arena:
intocables.
2 comentarios:
¡HOLA! Ya he visto que eres mi primer seguidor.GRACIAS. Ya hablaremos en el curso. Te pondré como favorito.
me ha gustado mucho tu poesía me gustaria ser la maga y arrastrar los pies sobre la arena.
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