“El director siempre tiene que acabar la película, aunque nunca vaya a mostrarla”
Dice el protagonista de la película. Me pregunto si Almodóvar pensará que ha terminado la película, me refiero, a si un producto artístico puede ser acabado. Es difícil porque se llega a un punto en el que la historia se estropea. Almodóvar es un metacinematógrafo, se ha convertido en un caníbal: hasta de sí mismo. Si ya en mujeres al borde de un ataque de nervios imitaba a laberinto de pasiones, en un retruécano sin fin, en esta se imita a mujeres hasta en el corto de presentación. Como Carmen Machi lo hace tan bien, no queda mal y como mujeres es tan buena, sales con una sonrisa en los labios.
Lo mejor de los abrazos rotos es la intrahistoria. Porque hasta que empieza a contar la verdadera historia, como en un puzle, todo parece monótono y los diálogos almodovarianos me parece que no encajan con la seriedad que tiene. Pero cuando empieza a recordar sobre la historia de amor, exceptuando la escena de oficina y cáncer del padre de Pe, todo su universo sale a flote contagiándolo todo. Si en Mujeres Iván era un doblador, aquí es alguien que quiere que le doblen una película que se graba en off, con lo que el disparate es increíble, dotándole a la película de mucha intensidad. Pareciera que está película es la imagen especular de Mujeres, aquí el que está obsesionado es el supuesto Iván y no la chica, y su obsesión no deja fluir la verdadera historia.
Lo demás, lo que está pasando es de un Almodóvar ya maduro, vuelto director aburrido, afortunadamente no es mucho. Lo importante que se puede sacar de esas escenas insulsas (de esas y las divertidas también claro) es, más que la historia, la imagen, el tratamiento visual, la alegoría, las referencias a todo un universo…
No es de lo mejor del director, pero tampoco de lo peor.
3 comentarios:
Estás hecho todo un crítico.
Te he mandado un correo con lo de mañana. Todavía no he visto la peli. Besicos.
No la he visto ni quizás la vea. No me gusta demasiado Almodóvar, por eso, porque antes o después se le estropea la cosa. Siempre me gustan sus películas hasta la mitad más o menos. Luego ya me aburro. Hace tiempo que no lo frecuento. Pero si tú lo dices...
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