martes, 30 de agosto de 2011
MÚSICA AGOSTO
MÚSICA AGOSTO 2011
THE HORRORS... SKYING... el album está un poco peor que el anterior, pero no me puede encantar más su pose glam, la elegancia, la oscuridad, su toque gótico y la distorsión de las guitarras.. Mi favorita del disco es YOU SAID
JOHN MAUS... es una música difícil, canta con sonidos guturales, predomina el bajo lo que le da al sonido una textura inquietante QUANTUM OF LEAP es maravillosa
WITHIN AND WITHOUT... básicamente son ecos, melodías y texturas... EYES BE CLOSED es la que más me gusta del cd
WU LYF... en este grupo predominan los sonidos tribales, la voz afónica, con órganos pulsados hasta la extenuación... las canciones para un lugar espiritual
THE DEARS... este grupo tiene esencia de banda de garaje pero con un toque melódico. Yo no dejaría de escuchar la canción 5 CHORDS por nada del mundo.
I BREAK HORSES... ¿quién no ha roto un caballo de pequeño? Yo tiré uno al suelo y lo partí en mil pedazos. Entre voces susurrantes, guitarras y músicas sincopadas no se puede dejar de pensar en la canción HEART y en los caballitos de porcelana.
sábado, 27 de agosto de 2011
FOTO DE UNA CASA RURAL DE TUS
HISTORIETAS DE ABUELO
Las historias que más me gustaban de pequeño eran las que contaba mi abuelo sobre la Guerra Civil. Empezaban siempre en la sierra de Guadarrama, él vestido de verde, fusil en ristre y justo cuando estaba a punto de acabar con un fascista venía la mirada de mi abuela y él bajaba el fusil. Resumía tembloroso: “no hay que estar orgulloso de las guerras”. Mi abuela era especialista en lanzar jarros de agua fría. El abuelo murió antes que ella, no llegó a terminar ninguna historia sobre la guerra. Un día, intrigado, le pregunté a mi abuela pero ella escurrió el bulto y me dijo que no se había dado cuenta de que le hubiera chafado aquellas historias. Pero el brillo en los ojos me dijo que ella lo sabía. Cuando ella también murió, un día, rebuscando entre sus cosas para lanzarlas al fuego descubrimos un diario de mi abuelo, escrito del 36 al 39. Se llamaba “memoria del subsuelo” y narraba las penurias pasadas en la oscuridad del sótano en el que se refugiaron.
viernes, 26 de agosto de 2011
EL GOZO
Todavía no ha llegado la noche
y una esquizofrenia de colores
aletea en el cielo y mi mirada.
Capaz de golpearse con mi piel
un recuerdo asedia con luces
de interior.
A veces gozo sólo con mirar la tarde
disolviéndose pesada
apretándose contra las ventanas
con un peso muerto
y el otoño se restriega en las calles
como un perro pulgoso
que han abandonado en el ocaso.
La cuchara del café propaga ruido
y pensamientos.
Siento
una felicidad fragmentada y absorta
que vuelve ineficaz la rutina.
lunes, 22 de agosto de 2011
ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA
PELÍCULA
ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA. 1984
Dir: Sergio Leone
Act: Robert De Niro
Durante cuatro horas asistimos a la relación de amistad que existió entre dos amigos que crecieron en un mundo de pillería y mafia y, gracias a la que al final lograron ser grandes mafiosos, auspiciados por el negocio del estraperlo del alcohol durante la ley seca.
Lo que más me impresiona es el tono de la película, tan nostálgico, aunque la realidad de lo que vemos es muy cruda, uno puede vivir en todo momento la relación de amistad que une a los protagonistas, claro está, multiplicada por la música de Ennio Morricone.
La película está narrada con saltos temporales, flashback, por eso las primeras horas es difícil seguirla.
En la escena cumbre de la película, que no desvelo, al protagonista se le impone una duda. ¿Qué es más poderoso el valor de la amistad o la traición? ¿y qué es el valor de la amistad? Ahí es cuando uno se da cuenta de que, en la película como en la vida, cada uno tiene el suyo. Y el personaje interpretado por Robert De Niro tiene unos valores distintos a los de su amigo. Es extraño como en un mundo tan duro como el de la mafia existan valores y códigos que hay gente que no esté dispuesta a traspasar y hay otros que arrasan.
Una película memorable.
jueves, 18 de agosto de 2011
POESÍA LA OSAMENTA ALBERTO CHESSA
LA OSAMENTA… ALBERTO CHESSA
POESÍA
Parece que Alberto Chesa ha tardado once años en completar el poemario y para mí que le ha hecho bien, porque el tiempo y la relectura es un buen cristalizador para el arte, lo deposita morosamente, lo transforma. Encontré el poemario por casualidad ya que el premio Adonais había dejado de interesarme hace tiempo y me lo compré después de leer algunos hermosos poemas.
El título ya alude a estructura, “La osamenta” opuesto a la carne y la piel. Con una función distinta pero a su vez indisoluble. El poeta contrapone lo animal con lo social.
Desde la apertura “los lugares del crimen”, el asesinato se compara con el dejar la infancia y el hecho de que siempre el ladrón vuelve al lugar del crimen, no sólo el tiempo es el asesino, también nosotros mismos cometemos un crimen con partes de nuestro pasado pero un día decidimos volver, puede que a una casa, a ver a unos amigos...
El poemario tiene imágenes muy sugerentes, en una de ellas el poeta habla de deshacer la memoria devolviéndola a su origen en penumbra. El poema de las manos de mi madre, a ratos es vencido por lo naif y a ratos es muy bueno “en ellas yo me tiendo y recojo la noche”. Empieza con una duda “No eran éstas (o sí) las manos que recuerdo”, aguijoneando en la conciencia: al crecer no sólo cambian los demás, también nosotros mismos y nuestros sentimientos.
Hay también poemas sobre la creación poética, donde se destaca el hecho de la autoría de los poemas (no existe ningún verso propio) y sobre las letras y la magia de verlas escritas en un papel en donde pueden asumir su existencia por mucho que ya antes también existiesen.
Además de bonitas reflexiones: “para ser uno mismo hay que vengarse/de todos los que no hemos sido”.
La osamenta es un poemario que me ha tenido varios días dándole vueltas, de lo que me gustaba. La diferencia entre dos lados de la realidad, de nosotros mismos, que nos complementan.
viernes, 12 de agosto de 2011
centauros del desierto JOHN FORD
CENTAUROS DEL DESIERTO
No soy muy aficionado al género del western pero recuerdo haber visto algunas películas, medio aburrido, en los veranos tórridos de abuelo. Entre esas películas destaco ésta, la vi ayer pero mi mirada era distinta de cuando era un niño.
Si entonces me pareció lo más divertido que al eterno cowboy rudo y sin pasado, se le unía un mestizo al que no tragaba pero que debía aceptar por imperativo de la casualidad, ahora lo veo como un truco argumentativo para que el personaje crezca y llegue a aceptar el porcentaje de indio del mestizo. Sin embargo, ahora me resultaban atractivas otras cosas, en general veía que el mestizo estaba ahí para darle también una dimensión paródica a esa odisea de cinco años buscando a una niña que ha sido absorbida por unos indios.
Lo que más me da curiosidad es lo oscuro de Ethan, el protagonista que odia a los indios, pero que sabe todas sus costumbres y que no duda en seguir matando indios aunque para ello tenga que saltarse las convencionalidades de recoger a los muertos. Casi ni sabemos nada de Ethan, casi todo lo sabemos al principio, cuando regresa a casa de su hermano, por los ojos que pone la mujer de su hermano, por confundir a la hija pequeña, porque le paga al hermano dinero. Pero pronto los indios destrozan el idílico suspenso y borran del mapa cualquier sentimiento que notemos, excepto el del mestizo, al que Ethan salvó y al que no acepta, a pesar de que sea el indio el que no desea matar a la supuesta sobrina de hija y vaya con él para evitarlo. Como Quijote y Sancho Panza, Ethan está en otra realidad, con otra visión de los hechos, tras la Guerra de Secesión y al haber apostado por el bando perdedor y no saber integrarse como el reverendo, sus verdaderos enemigos serán los fantasmas.
La película es un crisol de sangres, de enemigos. Entre las escenas de “comedia” están las de la familia de origen sueco, EEUU era joven y los sentimientos de pertenencia a un país estaban diseminados.
En ese territorio mítico ocurrían los western, con sus amplios territorios desérticos y llenos de polvo, como los veranos de mi infancia en casa de mi abuelo, con un John Wayne que no deseaba cruzar el umbral de la puerta de las casas, en las que iba acabando ese otro mundo de terrenos para forajidos.
Curiosa la adaptación del título en español, de los buscadores pasó a centauros del desierto, dando un carácter mitológico a la película.
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