viernes, 30 de julio de 2010
réquiem
Mi medio de transporte favorito es el tren. Lo tengo asociado a los viajes de cuando era pequeño. Solíamos coger el tren para ir de Madrid, donde vivíamos, hasta Murcia que se asociaba a veranos acuáticos, a siestas en el suelo, a regreso a una casa en Alcantarilla que era nuestra pero que notaba ajena, a abuelos con frutas de la huerta, a animales de compañía que en otro mundo no podíamos tener…
El viaje de Budapest a Bratislava lo hicimos en tren. Son tres horas en las que uno puede sentir aún el viejo peso del comunismo, con la austeridad de sus símbolos, y contemplar por la ventana bellos paisajes de vegetación y el enorme Danubio que se mueve pesado y que es capaz de anestesiarte durante horas mirándolo (las tres ciudades que he visitado en este viaje estaban unidas por este río como si fuese un lazo que permite la vida y ahoga).
En Pest había entrado en la gran Sinagoga que, como en todos los viajes, te dicen que es la mayor del mundo o la segunda mayor. Tuve que colocarme en la cabeza un solideo que no paraba de caérseme al suelo. La sinagoga era la mayor excusa del mundo para pagar 10.000 florines húngaros y sentarme allí no me aportaba nada de espiritualidad. Sólo pensaba en la cantidad de energía que se había colocado entre aquellos muros, la cantidad de vidas consagradas al culto. En creador de sionismo moderno nació en aquel barrio judío húngaro. Pero una cosa me llamó la atención, el dios de los judíos les dijo que salieran de su tierra y buscaran la tierra prometida. En cierto sentido eso ansiamos todos en los viajes, era igual con la Odisea e Ítaca y era igual en nosotros, aquellos desconocidos turistas que horas después estábamos sentados en un tren que iba hacia Bratislava, y cuya cabina no tenía aire acondicionado y no parábamos de sudar. En un momento exploramos y nos dimos cuenta de que dos vagones delante sí que había aire acondicionado y nos cambiamos de vagón sin saber que en aquel primer vagón dejábamos algo de nosotros mismos. Porque la vida es un continuo dejar algo de uno mismo.
Después, en el vagón del aire acondicionado, el tiempo pasó muy rápido porque encontramos a un chico indio con muchas ganas de hablar. Nos contaba cosas de la india y preguntaba cosas de España. Como tenía 22 años era fácil observar que el mundo era nuevo para él y que necesitaba hacer fotografías de cada cosa para cuando regresase a la india. En cierto sentido, me reconocí un poco en él, ávido de experiencias yo había hecho muchas fotos en todos los viajes de mi vida y algo de todas aquellas cosas había quedado en mí.
En Bratislava bajamos del tren y el sonriente chico moreno se despidió de nosotros en el aeropuerto. Entonces descubrí que la cámara de fotos se había quedado en el tren y que el tren había continuado su trayecto hasta Praga. Al principio sentí rabia, la cámara me había costado 560 euros y la compré hace solo un año, cuando fui a Londres y Nueva York. A los cinco minutos mi sentimiento de rabia se transformó en una terrible nostalgia porque la cámara llevaba hermosas fotos de momentos que había vivido y que me resultaban insustituibles como nosotros con la puerta del castillo de los Habsburgo en Viena, o nosotros en la inolvidable biblioteca antigua de Viena, o la puesta de sol sobre los edificios de Pest y el río Danubio, o los paisajes abigarrados del kids train construido por los comunistas para que amaran la naturaleza, o nosotros frente al bastión de los pescadores. O incluso la fotografía de aquellos trenes de Bratislava herederos de un mundo soviético que había dejado de existir y que pronto serían sustituidos por nuevos trenes. Como un niño caprichoso, quería todo aquello para mí. Pero el tren simplemente se había llevado la cámara con mis fotos, igual que se había llevado el mundo de cuando era pequeño y éste formaba parte de la diversión y las sensaciones del verano.
Lo que más me gusta de llegar con antelación a un aeropuerto y de estar en tan buen compañía como con la que estaba, es que uno puede hablar en terreno de nadie (los aeropuertos son un paréntesis en el que no estás ya ni en el país al que viajas ni en el que vas a partir). Con una cerveza y en terreno de nadie uno puede mirar objetivamente hacia todos los lados del tiempo, incluso hasta el lado en el que no está, o sea, el presente, por lo que he dicho antes, porque no has llegado a ningún sitio y tampoco estás de momento en ningún sitio, y no existe ninguna diversión. Es algo así como montar una sinagoga en un segundo.
Mi sentimiento de rabia-nostalgia cambió al de la paz. Hablábamos del mundo que nos rodeaba, nuestros amigos, familia, el tiempo, el futuro, el pasado y todo se mezclaba en un bucle de palabras espirituales. Las cosas son sensaciones y las sensaciones cambian. Y la cámara con fotografías nuestras y con capacidad para hacer más fotos debe de haber encontrado a alguien en el tren que podrá sentir cosas con ella y después pasará lo inevitable, o le robarán la cámara, o la perderá, o la tirará a la basura porque 10 megapixeles será ya una cosa del pasado, o la expondrán en un museo que puede que yo visite. Me gusta tanto viajar como a otros quedarse en casa. Cuando viajo soy consciente de que me voy cargando de experiencias que no he tenido y que me alegra tener. Ser consciente de lo que supuso el imperio austrohúngaro para los austriacos y para los húngaros es algo que por más que había leído en libros no he logrado entender hasta no estar visitando, sintiendo, aquellas tierras unidas por el Danubio. En esos momentos escuché por la tele lo de la prohibición de los toros por Cataluña. Desde allí ese debate es como si te hablan en voz baja y no entiendes totalmente la conversación. Algunas veces resulta necesario ponerte en la piel del otro y eso sólo es posible si uno tiene los sentidos bien abiertos. Esta mañana, cuando me he despertado, he cogido un libro de religiones que tengo y me he puesto a leer sobre los judíos. Quería comprender mejor por qué es tan necesario abandonar el hogar para encontrar Ítaca desde el principio de la humanidad.
domingo, 25 de julio de 2010
FOXES IN FICTION
CANCION MARAVILLOSA flashing lights have ended up
Llueve sobre el Danubio, ha estado lloviendo durante cinco horas, los arboles se veian oscurecidos como si en su interior apareciesen otros mundos. Navegamos a 65 kims por hora y el Danubio es un lecho por el que apenas se desliza una pequena rama en la que nosotros vamos. De repente despierto, estoy aqui, navegando por el Danubio, dentro de un hydrofloid, fuera hace frio, tienes que subirte el impermeable y no mirar hacia afuera, si no hacia dentro, no estamos en una rama y navegamos desde Viena a Budapest. Entonces lo piensas, todas las culturas que han navegado por las aguas del enorme cauce, todas las guerras soportadas en tierra, como la gente ha tenido que sobrevivir bajo condiciones duras y la lluvia acida y la gente que ha hecho musica para otros para si mismos. Entonces vuelves a pensar que todo es relativo, que otros ya lo han intentado muchas veces y que mas vale relajarse, disfrutar y si hoy no sucede quizas suceda otro dia.
y si no sucede que?
Piensas mirando al Danubio, que se desliza enorme hacia el mar muerto, con el color verdoso y esa gracilidad, con todo el contenido de suenos. Si los suenos no se cumplen, tal vez, y solo tal vez, no eran suenos y hay que sonar mas alto y mejor.
lunes, 19 de julio de 2010
érase un verano en el que España ganó el mundial
ESTE VERANO pasará a la historia por ser el año en el que España ganó el mundial. Que conste que no es que no me alegre, es que lo veo tan insustancial. Eso y el beso de Sara Carbonero. Eso y el pulpo Paul. Eso y “yo soy español”. Eso y la cabalgata y actuación de los reyes Midas del futbol en la que estuvieron varias horas delante de un público rugiente diciendo tonterías. Eso y que todo el mundo vista con camiseta roja. Eso y la gente que lo celebraba en la circular destrozando cosas y emborrachándose. Eso y todo lo demás que comporta ganar un mundial.
Al día siguiente de que España ganase un mundial, el primero en su historia, fui a ver los exámenes de máster de fisioterapia y un miembro del tribunal y varios alumnos que exponían los trabajos fin de máster hablaron del mundial. ¿Saben acaso que cada jugador se embolsa un montón de dinero por haber llegado a la final y ganarla? ¿Pasa lo mismo con los investigadores que descubren algo importante? ¿y con los que escriben un libro buenísimo? ¿y con los que componen una melodía buena? ¿y con los que simplemente han trabajado muy bien este año porque son buenos profesionales y les bajan el sueldo? ¿y los que aunque trabajen bien que se van al paro?
El problema del fútbol es que mueve millones y aumenta el PIB, y la gente se da leches por venir de turismo a España, y los nacionalistas vuelven a ser españolistas y todo es absurdo si uno lo mira desde fuera. Los gobernantes romanos lo sabían “el pueblo quiere pan y circo”, y después de explotarlos en las guerras les permitían ir a los espectáculos para que se sintieran orgullosos de su romanidad. También ZP saltó cuando ganó España. Y los reyes. Y el pueblo estaba contento. Mientras hay gente como yo, que quiere ir a jugar un partido de tenis y no puede porque en Murcia hay cuatro pistas. Y otros quieren jugar al fútbol y no pueden porque no hay subvenciones. Pero por Piqué o por Xabi se pagan cifras astronómicas, y hacen su trabajo y se les paga millones.
Es todo tan absurdo como que haya un pulpo que se ha hecho famoso por hacer predicciones. Pero esto es España. Aquí lo absurdo puede suceder.
miércoles, 14 de julio de 2010
MIKA
El sábado 10 estuve en el concierto de la MTV, que paga la consejería de cultura (2 millones de euros) y es gratuito. El lugar del concierto era muy apropiado, justo encima del escenario se observaba el santuario de la Vera Cruz, con sus murallas, iluminado por una luz amarilla que lo recortaba en la oscuridad dejando zonas del castillo veladas. El caso es que no se llenó, incluso aunque fuese gratuito. No obstante Mika ofreció un show espectacular. Daba gusto verlo moverse aunque estuviese sudando al calor de un julio en Murcia. Lució trajes de manga larga, ropas imposibles y demostró ser un niño grande, un poco excesivo en su infantilismo. Las canciones sonaron muy bien, algunas veces sólo con su voz llenaba el ambiente. Sucedió, por ejemplo, con Rain. A los lados del escenario había dos árboles hechos de fieltro y en el centro una luna inclinada donde se subía de vez en cuando. En un momento dio pasó a un cortejo en el que había una boda y seres infantiles con cabezas gigantes de animales desfilaron en procesión, algo que nos dejó a todos con la boca abierta por lo extraño. La conclusión es que no sé qué beneficios reporta esto a Murcia, porque supuestamente se hace porque ante una audiencia potencial de 600 millones se piensa que puede aumentar el turismo. Pero a mí me cuesta entenderlo en una época de crisis, y en la que se ha presentado una candidatura a ciudad de la cultura que ha pasado sin pena ni gloria, a diferencia del resto de ciudades españolas. No obstante, me gustaría alabar la profesionalidad de Mika.
lunes, 5 de julio de 2010
LOS ASESINOS LENTOS Rafael Balanzá
“La novela parte de una situación surrealista, pero que puede suceder. ¿Y si un amigo que hace diez años que no ves quedara contigo y te dijese que te va a matar? Por supuesto que sin ningún motivo aparente. A partir de ahí el escritor Balanzá teje una urdimbre de novela corta con la que ha ganado el premio “Café de Gijón”, uno de los pocos que parece que no están amañados en España. El interés no decae porque vemos como ese hecho va afectando a la vida real de Juan, aunque al final se alarga demasiado, sobre todo con el cuento insertado con calzador en la novela (aunque tenga evidentes paralelismos y sirva para justificar al personaje) y los dos últimos capítulos, sobre todo el último que parecen parches para justificar la extensión que requieren las bases del concurso. El lenguaje es correcto pero a veces se nota mucho el principio de contaminación del estado de humor de los personajes a las condiciones atmosféricas, aparte de utilizar metáforas muy dañadas por el uso, y muchas veces no puedes creer que una persona mientras escribe una defensa utilice cierto tipo de términos como “luctuoso” por mucho que quiera describir pormenorizadamente unos hechos.
Hay algún momento muy interesante que se podría haber explotado más, como por ejemplo la existencia de tiendas de animales en centros comerciales pero que se queda en una caricatura con lo que le sucede al nuevo jefe del centro comercial. Y el título es increíble, es una novela en sí.
Una lectura sin complicaciones.
sábado, 3 de julio de 2010
mejores canciones de julio
Anyone’s Ghost
Bloodbuzz Ohio
Conversation 16
HOCKEY... MIND CHAOS
Putt he game down
Curse
this city
HOLA A TODO EL MUNDO Y SEÑOR CHINARRO
El fantasma de la transición (versión de una canción de Triángulo de amor bizarro).
SCISSOR SISTERS... NIGHT WORK
Invisible light
Skin this cat
Fire with fire
DELOREAN... SUBIBIZA
Real love
It’s all ours
Warmen places
YEASAYER... OLD BLOOD
I remember
Ambling alp
CRYSTAL CASTLE
Magic spell